Hasta donde vamos a llegar, pretendemos vivir haciendo casi omiso de las adversidades, rechazando ver lo que pasa ante nuestros ojos.
De pequeño mi padre me narraba historias de piratas, quien iba a decirme que si salgo a faenar en un pequeño atunero español y me salgo unas millas al norte, podría encontrarmelos así de facilmente, cuando antes para encontrarlos tenía que imaginarme las sucias melenas, el parche, el garfio, los cañones...
Como no va a haber crisis si el poco atún que conseguimos pescar se lo llevan los piratas, estos venden el 95% de la mercancía sustraida a los atuneros al resto de países europeos, quedándose ellos con ese 5% para así ellos tampoco seguir en recesión y que sea España la única que aún sigue en esta situación.
La playa de Verdicio era una de las más visitadas en verano cuando yo aún era un niño, jugaba con el cubo y la pala, me creaba mis castillos de arena, buscaba conchas para ponerlas en la estantería al llegar a casa y cuando ya no sabía que hacer, miraba hacía el horizonte a ver si veía el final.
Oteaba en el horizonte formas de barcos, no sabía que clase de barco era e intentaba fijarme en el color de la bandera que ondeaba en su mástil.
Estoy buscando empleo ahora que hay tanto parado, creo que es la oportunidad de coger el timón y poner rumbo hacía ese horizonte que de joven me embelesaba, quizás el barco pirata que de nuevo saldrá a faenar un día pueda ofrecerme un puesto de trabajo en alta mar, seguramente por muy dificil que pueda parecer sea más facil que encontrar trabajo en la península.
¿Por cuantos doblones trabajaría?, por lo que me dieran, ya que o cojo lo que hay o me voy a la oficina del INEM más cercana a cumplir con mi obligación de sellar la cartilla del paro. Menos mal que ya puedo firmar por Internet con una clave de acceso porque de cansado, ya canso hasta de bajar a la oficina desesperado.
Creo que voy a invertir en bolsa, a ver si cuando todo esto acabe, pueda tener la suerte de conducir un Ferrari como mi amigo Alonso.
Creo que voy a invertir en bolsa, a ver si cuando todo esto acabe, pueda tener la suerte de conducir un Ferrari como mi amigo Alonso.
Joserra del Corzo. 03/10/2009.
Comentarios